DIVERSIDAD FUNCIONAL: CONCEPTO ALTERNATIVO. ¿DISCAPACITADO O MINUSVALID0?
El término discapacitado engloba en su significado una afirmación muy contundente, como es “el no ser capaz de”…
Por: Aitor Muñoz Jiménez
Innovación e Investigación Educativa.
Innovación e Investigación Educativa.
Revista Ávila en Salud
Existen actualmente
conceptos o términos que se encuentran muy arraigados a nuestro lenguaje, los
cuales llevan implícitos ideas o valores que hemos interiorizado y los hemos
aceptado socioculturalmente para utilizarlos cuantas veces consideremos oportunas
para calificar a una persona, sin percatarnos que ese término puede resultar
peyorativo al transmitir connotaciones negativas para la persona a la que nos
estamos refiriendo.
Así por ejemplo, el término discapacitado engloba en su significado una afirmación muy contundente, como es “el no ser capaz de”, para atribuir la no capacidad que posee una persona para realizar determinadas acciones dentro de un entorno con unas características específicas, sin detenernos a reflexionar que pueden ser las propiedades del entorno, en cuanto a accesibilidad se refiere, las que condicionan notoriamente a dicha persona para no ser capaz, de manera independiente o autónoma, de materializar esa acción. No debemos olvidar que cualquier tipo de contexto o entorno tiene que garantizar a todas las personas por igual, su accesibilidad, ya que la cualidad de lo que es accesible no se dirige a determinadas personas, sino que es una cualidad necesaria para todos. Por tanto, al encontrarnos un entorno accesible, en igualdad de condiciones, resulta inapropiado utilizar el término referido, para describir a una persona con ciertas limitaciones, que sí es capaz de manera autónoma de realizar la acción por la que se le juzga, si el contexto en cuestión se lo permite.
Además el
término discapacitado, es un concepto muy global y genérico que incluye en el
mismo contexto semántico a todas las posibles limitaciones físicas, psíquicas,
auditivas, visuales, etc. que pueda tener una persona, denotando que la persona
a la que califica, las padece todas.
Del mismo modo el concepto minusválido suscribe en su significado
términos que califican a una persona como “menos válida”. Afirmación limitante
y poco acertada para referirse a una persona a la que atribuimos el
calificativo de “menos apta” o “menos capaz”, comparándola con otra, a la que
concedemos el honor de ser más válida, cuando la realidad es totalmente
diferente. Una persona no es menos válida que otra, sino que debemos aceptar que las personas pueden tener
diversas capacidades y funcionalidades.
Resulta de
vital importancia, utilizar el lenguaje y su pragmática de manera correcta y
oportuna teniendo presente que el contexto influye considerablemente a la hora
de interpretar el significado del término utilizado. Debemos concienciarnos que
la palabra tiene que ser el vehículo principal en nuestra comunicación y no el
instrumento para minusvalorar las capacidades de una persona, ni la herramienta
que provoque menosprecio y ofensa a aquellas personas con funcionalidades
diferentes.
Con vistas a
evitar la utilización de expresiones peyorativas, que transporten connotaciones
negativas, que atribuyan calificativos globales y contundentes para definir las
capacidades de una persona, y en
definitiva para efectuar un uso más adecuado y apropiado del lenguaje se
recomienda la utilización de nuevos términos que se consideran más apropiados y
que favorecen una mejor y mayor
inclusión social, evitando la construcción de clasificaciones sociales, que
encasillen a las personas en función de sus capacidades.
Uno de los
términos propuestos es el de “Diversidad
Funcional”, planteado en el Foro de Vida Independiente (2005). Este
concepto no obvia la realidad, haciendo referencia a personas que tienen
funciones diferentes o funcionan de manera distinta que otras personas, para
afrontar el desarrollo de alguna de las tareas cotidianas de su vida, como
consecuencia de cierta limitación específica y no global como denotan otros
conceptos. Expresión, que se ajusta a una realidad más respetuosa,
interpretando que una persona no es menos apta que otra, ni sugiriendo, que una persona no sea capaz de
realizar una determinada acción, sino poniendo de manifiesto que una persona
con diversidad funcional, posee capacidades diferentes, lo que puede implicar
que sus funcionalidades también sean distintas a las de otras personas,
pudiendo requerir incluso de necesidades especiales, pero nunca transmitiendo
conclusiones taxativas que confirmen que alguien está limitado en todas sus
capacidades, asignándole la etiqueta de “menos válido” o “no capacitado”.
¨Todo el mundo es un genio. Pero si juzgas a un pez por su
habilidad de trepar un árbol, pasará el resto de su vida creyendo que es un
idiota”. ALBERT EINSTEIN.
Artículo publicado en la Revista Ávila en Salud © Edita: Servicios de
Atención Médica Integral XXI, SL (SAMI XXI). Director: Dr. Omar G.
Guillermo H. / Depósito Legal: AV 130-2014 / ISSN 2386-8813 /
copyright. http://revista-avila-en-salud.blogspot.com.es/, www.RevistaAvilaenSalud.com
Al autor de este artículo Aitor Muñoz Jiménez, es Graduado en Educación, Máster en Innovación e Investigación Educativa, actualmente con ejercicio profesional en Barcelona, Cataluña. España.
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