Enfermedad inflamatoria
pélvica (EPI).
A propósito
de un caso, de una mujer en edad fértil quien consulta por dolor abdominal.
El dolor abdominal es un síntoma inespecífico que puede
sugerir múltiples enfermedades, es así que por sí sola no aporta datos
suficientes para determinar una posible causa desencadenante.
Por todo esto,
los médicos deben interrogar por los
síntomas y síndromes acompañantes
que en ocasiones no son relevantes
para el paciente. Como fue el
caso de esta mujer
que acudió a la consulta
donde fue valorada inicialmente por su médico (Varón),a quien evitó mencionar su problemas asociados como
fueron aumento del flujo vaginal
y dolor durante la
práctica sexual; Fue tratada
inicialmente como una abdominalgia
inespecífica con analgésicos habituales, sin mejoría clínica. Retorno unos días después con aumento del dolor abdominal y cefalea,
en esta ocasión comento a su médico todos
los síntoma asociados, dando como diagnostico une enfermedad inflamatoria pélvica la cual fue
tratada adecuadamente y la
paciente presento mejoría total.
La enfermedad
inflamatoria pélvica: Es una
enfermedad producto de la contaminación
del útero y anexos por bacterias, habitualmente Clamidia T. o gonorrea, en ocasiones por prácticas sexuales
de riesgo, múltiples contactos sexuales
y en otras ocasiones como consecuencia del parto, aborto,
introducción del DIU (Dispositivo
intrauterino como anticoncepción), biopsia de endometrio, etc.
Se dice
que 1 de cada 8 mujeres menores de 20 años
cursa con enfermedad inflamatoria pélvica, también conocida como
Salpingitis. Se considera actualmente la enfermedad de transmisión
sexual más frecuente del mundo. Se cree
que un 20 – 40 % de las mujeres sexualmente activas han estado expuestas a clamidia T. y que
solo un 25 % de las
pacientes presenta clínica típica.
Los síntomas
cardinales de la enfermedad son
Fiebre, Dolor y sensibilidad de la
pelvis y parte baja del abdomen o
lumbalgia, y cambio de la secreción vaginal. Existen otros síntomas acompañante
más inespecíficos, como son: relaciones sexuales dolorosas, náuseas y vómitos, escalofríos, cólico
menstrual, sangrado vaginal inusual,
dolor al orinar, pérdida del apetito,
etc.
El diagnóstico
inicial es clínico y precisa de una
exploración vaginal y del cuello
uterino, se puede acompañar de pruebas de laboratorio, cultivos y pruebas de imagen. El tratamiento es médico con antibióticos
habitualmente de amplio espectro,
para evitar posibles complicaciones a largo plazo, como puede ser el dolor pélvico
crónico, la infertilidad y el
embarazo ectópico. En pocos
casos la paciente puede precisar
de cirugía.
En conclusión
en tratamiento de la enfermedad inflamatoria
pélvica, es la prevención de riesgo de sufrir contagio a través de las
relaciones sexuales de
riesgo. Control por su médico
de atención primaria y matrón(a) sobre
todo si existe presencia de
síntomas sugerente de enfermedad inflamatoria
pélvica y así evitar las posibles
complicaciones con un tratamiento adecuado.
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Revista Ávila en Salud
Temática: Vida sana - Salud - Bienestar
Referencias del Artículo:
Primera edición, página 94-95.
Edita:
Servicios de Atención Médica Integral XXI, SL (SAMI XXI).
CIF: B05236625
Depósito Legal: AV 130-2014
ISSN 2386-8813
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