martes, 18 de octubre de 2016

La importancia de la Inteligencia emocional




Desde que nacemos comenzamos a expresar nuestras necesidades, y mostramos nuestras emociones. Así, un bebe cuando tiene hambre, llora, o cuando una cara le resulta graciosa se ríe... 


Por: Laura Pérez García.
Revista Ávila en Salud.



Son muchas las personas que se preguntan que es la inteligencia emocional, o que simplemente si tiene tanta importancia el control de nuestros sentimientos. A menudo oímos comentarios como:"son nuevas modas, antiguamente no se hacían estas bobadas". Y yo me pregunto "¿podríamos tener un mundo en el que no controláramos nuestros sentimientos y nos moviéramos sólo por impulsos?"
Podríamos definirlo de múltiples formas pero para mí es algo tan sencillo como saber llevar todas nuestras emociones y sentimientos en las diferentes situaciones que nos brinda la vida. Es saber expresarnos de una manera satisfactoria, sin miedo y  pudiendo asimilarlo de los demás,  aportando así un equilibrio a nivel mental.

Desde que nacemos comenzamos a expresar nuestras necesidades,y mostramos nuestras emociones. Así, un bebe cuando tiene hambre, llora, o cuando una cara le resulta graciosa se ríe. Y según vamos creciendo  esos sentimientos van aflorando y tomando protagonismo en nuestra propia persona. Van  formando nuestro carácter y personalidad yes ahí cuando ya vemos que no son tan insignificantes y que quizás tienen algo más.

Hay muchas personas a las cuales les resulta muy difícil expresar sus sentimientos, lo cual repercute en su vida social. O personas a las que les resulta muy difícil ponerse en el lugar del otro. Y es que para tener empatía tienes que aprender a llevar las riendas de tus propias sensaciones. Si logramos crear una estructura equilibrada de nuestras emociones conseguiremos ser más prudentes, felices y menos impulsivos e irritables.

En esos casos no puedo evitar pensar en que quizás si desde pequeños los hubieran trabajado y educado esta situación sería menor, o no se daría.
Así pues, donde tenemos que comenzar a trabajarlo es en la etapa infantil. Y es ahí cuando puedo mostrar mi propia experiencia, como maestra de un aula con niños de tan solo 2 años. 
En el aula, el trabajo de los sentimientos adquiere un gran protagonismo desde el primer día. Planifico diferentes actividades, ya sean motoras, de psicomotricidad fina, de habla inglesa...  pero cuyo objetivo es el mismo, naturalizar la expresión, canalizarlo y aprender a controlarlo.
Pero sin duda con lo que más disfrutan, y ahí me incluyo yo también, es con los cuentos.Tenemos  una gran variedad de ellos,en los cuales se trabajan todos estos aspectos. Os cito tres de mis favoritos: "Adivina cuanto te quiero" de Sam McBratney, "El monstruo de los colores" de Anna Llenas Serra y "Vaya rabieta" de MirelleD'Allance. Nos enseñan de la manera más divertidas e ilustrativa de los sentimientos opuestos, el gran enfado y su rabieta, o la belleza y sensibilidad ante el amor verdadero.
Pero  también he de mencionar la manera más natural, que no sencilla, de trabajarlo, y es en nuestro día a día. Cada mañana surgen diferentes situaciones en las cuales tenemos que aprendercompartir, a recibir un abrazo... y es que es en ese mismo instante cuando hay que tratarlo. No vale decir que ya lo hablareis después, no. Hay que hacerlo en el momento pues es cuando lo sentimos realmente. Os pongo un ejemplo.
- Hace unos días dos de mis niños, amigos inseparables, estaban jugando con unos coches.Todos podíamos oír las risas de felicidad, fiel reflejo del buen rato que estaban pasando. Sin pensarlo les hice ver a los demás lo felices que estaban y lo bonito que es compartir y quererse. Al momento todos sonrieron y comenzaron a jugar juntos. Sin embargo la alegría nos duro poco pues surgió una disputa entre otros dos amiguitos, por el mismo juguete. Al momento les llame, dejamos todo lo que estábamos haciendo y nos sentamos en corro. Expliqué que íbamos a jugar al juego de "la caja de los abrazos".Todos expresaron alegría menos los dos niños enfrentados, a los cuales animé para que salieran como protagonistas. Les tocaba abrir "la caja", en la cual "simbólicamente" hay cantidad de abrazos de diferentes maneras, para diferentes personas, acompañados de música, de canciones.... Cada uno saco un abrazo y se lo tuvo que dar al otro. Es curioso pues al instante ya estaban sonriéndose .Todos comentamos lo bonito que es quererse y lo triste que es pelearse.
Es un ejemplo de muchos juegos en los cuales  cobra protagonismo una conducta y sentimientos positivos, y pierde atención lo negativo. Eso sí, siempre debemos terminar explicando la parte positiva que hemos trabajo y lo negativa que hemos dejado atrás.
Y por supuesto cabe decir que todo esto proceso va unido al nuestro. Pues cuando estamos  con niños pasamos a ser su ejemplo y por consiguiente su espejo. Debemos actuar de manera similar, completando este proceso. De lo contrario nada de lo que hagamos servirá de nada.
Y es que la inteligencia emocional hay que trabajarla pues no tiene una serie de pasos establecidos que una vez que los cumples te hacen merecedor de ello.Es una suma total de cuanto hacemos. Como seres emocionales que somos, tenemos que tomar las riendas.

Y termino ya remarcando la importancia de la risa en nuestras vidas. La risa nos regala un entorno afectuoso, lleno de armonía y paz para poder expresarnos y escuchar. Quedémonos siempre con todo lo positivo que nos proporciona la vida y tomemos aquello que nos hace entristecer para hacernos más fuertes y crecer como personas y seres sociales.


 Artículo publicado en la Revista Ávila en Salud © ‎Edita: Servicios de Atención Médica Integral XXI, SL (SAMI XXI). Director: Dr. Omar G. Guillermo H. / Depósito Legal: AV 130-2014   / ISSN 2386-8813 / copyright.   http://revista-avila-en-salud.blogspot.com.es/

La autora de este artículo es Laura Pérez García, Maestra Ciclo de Educación Infantil. Actualmente ejerce como maestra en el colegio Santisimo Rosario en Ávila, España.
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