lunes, 8 de agosto de 2016

SUPERVIVIENDO CON UN RESERVORIO SUBCUTÁNEO






HABLEMOS DEL ACCESO VASCULAR PERMANENTE O DISPOSITIVO TOTALMENTE IMPLANTABLE O SIMPLEMENTE RESERVORIO SUBCUTÁNEO.


Por: Mercedes Martín Martín.
Revista Ávila en Salud



Son muchos los pacientes que diariamente y de forma frecuente tienen que someterse a venopunciones para extracción de sangre, transfusiones sanguíneas, tratamientos intravenosos continuados y frecuentes con sustancias muy irritativas, etc. Estas situaciones les origina mucha ansiedad sobre todo cuando se trata de pacientes en tratamiento oncológico que con cierta asiduidad deben acudir al hospital para la administración de los mismos, pacientes cuyas venas son muy frágiles, que han pasado por múltiples punciones, alguna flebitis, en fin, alguna experiencia traumática.
Por eso en este artículo vamos a hablar del acceso vascular permanente totalmente implantable o reservorio.
Un alto porcentaje de pacientes oncológicos conviven diariamente con el reservorio sin que su vida se vea alterada en ningún sentido. Estéticamente se nota un pequeño abultamiento en la zona de inserción del reservorio que pasa totalmente desapercibido.
Hasta la retirada de los puntos de sutura, hay que evitar hacer movimientos bruscos. Posteriormente, pueden hacer vida normal y realizar ejercicio, evitando ciertos deportes que implican golpes, riesgo de lesiones en la zona y sobreesfuerzo, como son: cazar, tiro con arco, pesas, rugby, etc.
Si va a realizar alguna exploración médica (resonancias, escáner…), a pesar de que no supone ningún riesgo para usted, no olvide notificarlo.  A pesar de ser un material metálico, el reservorio no pita al pasar por los arcos de seguridad (aeropuertos, policía…).

Lo único que tiene que tener en cuenta un paciente que porta un reservorio es que éste necesita unos cuidados y mantenimiento, de los cuáles se encargará una enfermera y que consiste en: comprobar que está permeable (que se puede extraer sangre e infundir medicación), y la realización de un lavado con suero fisiológico y posterior sellado con heparina todos los meses y cada vez que se use el mismo.
Durante las últimas décadas, estos dispositivos han experimentado una evolución tecnológica importante de manera que actualmente permiten su utilización de forma repetida, en régimen ambulatorio y para diferentes aplicaciones médicas, (administración de nutrición parenteral, administración de medicamentos o para la simple extracción de muestras sanguíneas). Gracias a esta evolución tecnológica, se ha incrementado la calidad de vida de los pacientes tanto por la mayor facilidad de utilización, como en la reducción del número de ingresos hospitalarios, mejorando así su balance coste/beneficio. Sin embargo, el miedo y la angustia del paciente cada vez que acudían a un servicio no terminan de abandonarlos, sobre todo cuando se enfrentan a un personal inexperto en la utilización y mantenimiento de este tipo de dispositivo.

Es vital que la enfermería conozca unas pautas básicas sobre el funcionamiento de este dispositivo con el fin de evitar las complicaciones asociadas.


¿Qué es el Reservorio Subcutáneo?
Es un catéter de larga duración que consta de un portal o cámara con una membrana de silicona autosellante unido a un catéter tunelizado bajo la piel que se extiende hasta una de las venas más importantes del cuerpo, la vena cava superior. A este reservorio se accede por punción a través de piel intacta, y permite múltiples punciones.

La cateterización central más utilizada en la actualidad es la punción de la  vena subclavia o de la vena yugular interna, mediante la técnica de Seldinger (introducir una guía metálica flexible por la luz de la cánula, y el catéter que se desea utilizar se introduce a través de la guía), y en la actualidad la mayor parte de los reservorios subcutáneos se implantan en el sistema venoso central
Normalmente el portal de reservorio venoso subcutáneo se implanta en un bolsillo subcutáneo debajo de la clavícula, entre la piel y la fascia muscular subyacente en el lado homotaleral de la punción.


OBJETIVOS
-Disponer de un acceso venoso rápido, seguro y eficaz, en pacientes con un árbol vascular periférico deteriorado y en tratamientos prolongados en el tiempo, con fines diagnósticos y terapéuticos.
-Reducir el número de venopunciones traumáticas.
-Mantener en perfecto estado la vía venosa central de larga duración.
-Disminuir el dolor y la ansiedad del paciente en la venopunción.
-Facilitar el tratamiento ambulatorio y comodidad del paciente.
-Evitar aparición de infecciones, coagulación y extravasaciones.
-Educación sanitaria al paciente y la familia sobre el reservorio.
-El profesional de enfermería se implicará en lo relativo a los cuidados y conservación del reservorio así como la prevención de complicaciones.

COMPLICACIONES:
Existen aunque son poco frecuentes y/o infrecuentes.
Ligadas a la punción: fallo en la canalización, neumotórax, punción arterial, punción torácica, embolia…etc. 
Ligadas al catéter: perforación, trayectos aberrantes, infección, arritmias, extravasación, migración de la punta, desplazamiento y/o rotura del catéter, flebitis…etc.
Otras: Mediastino ancho, fistula venobronquial, hemorragia local, nudos en catéter, catéter en espacio intratecal.

Una vez un paciente me dijo: “el reservorio es un buen compañero en esta dura batalla”...


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Edita: Servicios de Atención Médica Integral XXI, SL (SAMI XXI). Director: Dr. Omar G. Guillermo H.
Mail: avilaensalud@samixxi.es /  CIF: B05236625   / Depósito Legal: AV 130-2014   / ISSN 2386-8813 / copyright
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Mercedes Martín Martín, es enfermera, en un hospital de SACYL, también ejerce en el sector privado como enfermera de Urgencias, en Castilla y León, España.



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