HABLEMOS DEL ACCESO VASCULAR PERMANENTE O DISPOSITIVO TOTALMENTE IMPLANTABLE O SIMPLEMENTE RESERVORIO SUBCUTÁNEO.
Por: Mercedes Martín Martín.
Revista Ávila en Salud
Son muchos los
pacientes que diariamente y de forma frecuente tienen que someterse a
venopunciones para extracción de sangre, transfusiones sanguíneas, tratamientos
intravenosos continuados y frecuentes con sustancias muy irritativas, etc.
Estas situaciones les origina mucha ansiedad sobre todo cuando se trata de
pacientes en tratamiento oncológico que con cierta asiduidad deben acudir al
hospital para la administración de los mismos, pacientes cuyas venas son muy
frágiles, que han pasado por múltiples punciones, alguna flebitis, en fin,
alguna experiencia traumática.
Por eso en este
artículo vamos a hablar del acceso vascular permanente totalmente implantable o
reservorio.
Un alto
porcentaje de pacientes oncológicos conviven diariamente con el reservorio sin
que su vida se vea alterada en ningún sentido. Estéticamente se nota un pequeño
abultamiento en la zona de inserción del reservorio que pasa totalmente
desapercibido.
Hasta la retirada de los puntos de sutura,
hay que evitar hacer movimientos bruscos. Posteriormente, pueden hacer vida
normal y realizar ejercicio, evitando ciertos deportes que implican golpes,
riesgo de lesiones en la zona y sobreesfuerzo, como son: cazar, tiro con arco,
pesas, rugby, etc.
Si va a realizar alguna exploración médica
(resonancias, escáner…), a pesar de que no supone ningún riesgo para usted, no
olvide notificarlo. A pesar de ser un
material metálico, el reservorio no pita al pasar por los arcos de seguridad
(aeropuertos, policía…).
Lo único que tiene que tener en cuenta un
paciente que porta un reservorio es que éste necesita unos cuidados y
mantenimiento, de los cuáles se encargará una enfermera y que consiste en:
comprobar que está permeable (que se puede extraer sangre e infundir
medicación), y la realización de un lavado con suero fisiológico y posterior
sellado con heparina todos los meses y cada vez que se use el mismo.
Durante las
últimas décadas, estos dispositivos han experimentado una evolución tecnológica
importante de manera que actualmente permiten su utilización de forma repetida,
en régimen ambulatorio y para diferentes aplicaciones médicas, (administración
de nutrición parenteral, administración de medicamentos o para la simple
extracción de muestras sanguíneas). Gracias a esta evolución tecnológica, se ha
incrementado la calidad de vida de los pacientes tanto por la mayor facilidad
de utilización, como en la reducción del número de ingresos hospitalarios,
mejorando así su balance coste/beneficio. Sin
embargo, el miedo y la angustia del paciente cada vez que acudían a un servicio
no terminan de abandonarlos, sobre todo cuando se enfrentan a un personal
inexperto en la utilización y mantenimiento de este tipo de dispositivo.
Es
vital que la enfermería conozca unas pautas básicas sobre el funcionamiento de
este dispositivo con el fin de evitar las complicaciones asociadas.
¿Qué es el Reservorio Subcutáneo?
Es un catéter de larga
duración que consta de un portal o cámara con una membrana de silicona
autosellante unido a un catéter tunelizado bajo la piel que se extiende hasta una
de las venas más importantes del cuerpo, la vena cava superior. A este
reservorio se accede por punción a través de piel intacta, y permite múltiples
punciones.
La cateterización central
más utilizada en la actualidad es la punción de la vena subclavia o de la vena yugular interna,
mediante la técnica de Seldinger (introducir una guía metálica flexible por la
luz de la cánula, y el catéter que se desea utilizar se introduce a través de
la guía), y en la actualidad la mayor parte de los reservorios subcutáneos se
implantan en el sistema venoso central
Normalmente el portal de
reservorio venoso subcutáneo se implanta en un bolsillo subcutáneo debajo de la
clavícula, entre la piel y la fascia muscular subyacente en el lado homotaleral
de la punción.
OBJETIVOS
-Disponer de un acceso venoso rápido, seguro y eficaz, en
pacientes con un árbol vascular periférico deteriorado y en tratamientos
prolongados en el tiempo, con fines diagnósticos y terapéuticos.
-Mantener en perfecto estado la vía venosa central de larga
duración.
-Disminuir el dolor y la ansiedad del paciente en la
venopunción.
-Facilitar el tratamiento ambulatorio y comodidad del paciente.
-Evitar aparición de infecciones, coagulación y extravasaciones.
-Educación sanitaria al paciente y la familia sobre el
reservorio.
-El profesional de enfermería se implicará en lo relativo a los
cuidados y conservación del reservorio así como la prevención de
complicaciones.
COMPLICACIONES:
Existen aunque
son poco frecuentes y/o infrecuentes.
Ligadas a la
punción: fallo en la canalización, neumotórax, punción arterial, punción
torácica, embolia…etc.
Ligadas al
catéter: perforación, trayectos aberrantes, infección, arritmias,
extravasación, migración de la punta, desplazamiento y/o rotura del catéter,
flebitis…etc.
Otras: Mediastino
ancho, fistula venobronquial, hemorragia local, nudos en catéter, catéter en
espacio intratecal.
Una vez un
paciente me dijo: “el reservorio es un buen compañero en esta dura batalla”...
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Edita: Servicios de Atención Médica Integral XXI, SL (SAMI XXI). Director: Dr. Omar G. Guillermo H.
Mail: avilaensalud@samixxi.es / CIF: B05236625 / Depósito Legal: AV 130-2014 / ISSN 2386-8813 / copyright
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Mercedes Martín Martín, es enfermera, en un hospital de SACYL, también ejerce en el sector privado como enfermera de Urgencias, en Castilla y León, España.
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