Aún recuerdo la primera vez que monté en un carrusel, tenía 4 años. Si ahora cierro los ojos aún puedo revivir aquel momento. El olor a feria, la brisa en mis mejillas, mis manos sobre el palo y mis piernas sobre el caballo. Intranquilidad en el estómago y algo más, que ahora con mis conocimientos identifico como mezcla de alegría y miedo. Al ponerse en marcha de pronto se acentúa el miedo, ¿me caeré?, y ahora la alegría ¡qué divertido!. Miro a mis padres y su cara de tranquilidad hace que gane mi alegría al miedo.
CARRUSEL DE EMOCIONES
Por: Dra. Carolina Pérez Ramírez.
Revista Ávila en Salud
En mis
cursos de Inteligencia Emocional cuento esta historia como metáfora de las
emociones y de su impacto en nuestra vida.
Emoción, del
latín emotio hace referencia a “hacer
mover”. Podríamos decir que emoción es “algo” que te mueve de tu estado
habitual hacia otro.
El tiovivo
como la vida misma nos ofrece muchos caballos donde subirnos. En cada
experiencia que vivimos se nos oferta uno y podemos elegir entre aceptarlo o
cambiarlo por “el de siempre” o experimentar con uno nuevo. Puedes decidir en
qué caballo emocional vas a subirte hoy. Hay cinco y sus nombres son Alegría, Aversión,
Miedo, Tristeza e Ira. Todo dependerá de cómo interpretes la experiencia no de
la experiencia en sí.
Cada día al
despertar amanecemos con una emoción dependiente de los sueños que hayamos
tenido, lo que hayamos cenado la noche anterior, los sonidos y luces del
momento y sobre todo la cascada de pensamientos que iniciamos nada más abrir
los ojos y que ponen en marcha la liberación en nuestro cerebro de sustancias
que tienen repercusiones en nuestro cuerpo y estado de ánimo.
Respirar
hondo y distinguir qué caballo amanece con nosotros es fundamental para poder
elegir otro que nos sea más útil.
Me gustaría
que me acompañaras en este experimento: busca un momento de tu vida donde te
hayas enfadado mucho, otro donde hayas sentido mucho miedo y un último donde
hayas experimentado mucha alegría. Cierra los ojos, recrea el momento como si
estuvieras ahí y luego escribe todo lo sentido en tu cuerpo con cada recuerdo.
Con el
enfado tu cuerpo se tensa, tu frecuencia cardíaca y respiratoria aumentada, sudor
caliente y una cascada de pensamientos de destrucción masiva puede aparecer en
tu mente.
Con el
miedo, el cuerpo se contrae, la respiración y el corazón se aceleran, aparece
sudor frío, boca seca, molestias gastrointestinales y tiemblan las manos y la
voz una sensación de querer escapar o desaparecer.
Con la
alegría aparece bienestar, placer, y algo agradable en el pecho, la respiración
y el corazón se acompasan, una gran sonrisa en tu rostro relajado y sensación
de flotar mezcladas con ganas de saltar, bailar y cantar.
Con este
ejercicio has podido darte cuenta de cómo las emociones se expresan en tu
cuerpo. Cada emoción provoca una liberación de sustancias que desatan cambios
en nuestro cuerpo, condicionando nuestra percepción de la realidad y por ende
nuestro comportamiento. Somos esclavos de las emociones hasta que aprendemos a
“cabalgarlas” y gestionarlas.
Al recuperar
recuerdos, activas de forma “manual” la cascada neuroquímica y dotas de vida
las experiencias del pasado. Prueba a imaginar un limón en tu boca. No está
pero las sensaciones son las mismas.
Si
continuamente revives las situaciones de miedo y enfado, la cascada
neuroquímica emocional se desbordará instalándose casi permanentemente.
Experimentarás la vida con “gafas distorsionadas” y sufrirás en tu cuerpo los
efectos devastadores de las mismas. El miedo crónico provoca ansiedad,
preocupación y pánico. La tristeza se instala como depresión y la ira provoca
enfermedades cardiovasculares (hipertensión, infartos cardíacos y cerebrales).
El final es un estado de inmovilidad física y mental que te secuestra dejando
de vivir, empezando a morir en vida.
Un minuto de
pensamientos negativos, acompañado de ira/miedo/repulsión mantenida, provoca
seis horas de baja inmunidad. Un minuto de pensamientos positivos acompañado de
alegría provoca veinticuatro horas de alta inmunidad.
Decide en
cada experiencia de vida qué caballo emocional vas a elegir, cabálgalo con
consciencia, genera nuevas oportunidades de crecimiento y bienestar para ti y
los tuyos y recuerda que aquello que vivas o imagines el cerebro no lo
distingue. Para él siempre será real.
Artículo publicado en la Revista Ávila en Salud © Edita: Servicios de
Atención Médica Integral XXI, SL (SAMI XXI). Director: Dr. Omar G. Guillermo H.
/ Depósito Legal: AV 130-2014 / ISSN
2386-8813 / copyright. http://revista-avila-en-salud.blogspot.com.es/
La autora de este artículo es la
Dra. Carolina Pérez Ramírez, especialista en Medicina Familiar y Comunitaria, Experta
en Inteligencia Emocional, Coaching y PNL.
#CarolinaPerezRamirez #InteligenciasEmocional #Miedo #RevistaAvilaenSalud #Emociones
No hay comentarios:
Publicar un comentario