Las pruebas complementarias sin alguien detrás de ellas que las indique correctamente y que interprete sus resultados, serían desde luego inútiles.
Por Mercedes Peralta Gámez
Revista Ávila en Salud
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Gracias a los avances tecnológicos y científicos, nuestra medicina ha avanzado increíblemente en los últimos años, hoy en día contamos con una gran variedad de métodos diagnósticos y de tratamiento que ayudan a nuestros médicos a realizar su trabajo, pero todos estos avances también tienen sus peculiaridades, y sin alguien detrás de ellos que los indique correctamente y que interprete sus resultados serían desde luego inútiles.
Una de las funciones de los médicos, y quizás la más complicada, es el diagnóstico de las enfermedades, es la manera que tienen de identificar nuestra dolencia, agrupando signos y síntomas, de manera que puedan aplicar un tratamiento idóneo para resolver nuestro problema.
Un médico debe ser capaz de identificar los síntomas que exprese cada paciente individualmente y relacionarlo con los signos que ve, de manera que, agrupándolos, llegue a sospechar de una patología en concreto. En muchas ocasiones esto será suficiente para emitir un diagnostico acertado y aplicar el correspondiente tratamiento, pero sabemos que es una labor bastante compleja, así que normalmente recurrirán a una prueba complementaria para afianzar, comprobar o descartar sus sospechas según el caso.
Un médico debe ser capaz de identificar los síntomas que exprese cada paciente individualmente y relacionarlo con los signos que ve, de manera que, agrupándolos, llegue a sospechar de una patología en concreto. En muchas ocasiones esto será suficiente para emitir un diagnostico acertado y aplicar el correspondiente tratamiento, pero sabemos que es una labor bastante compleja, así que normalmente recurrirán a una prueba complementaria para afianzar, comprobar o descartar sus sospechas según el caso.
Durante el examen médico se nos realizará una anamnesis, preguntas acerca de nuestros antecedentes, hábitos, inicio y evolución de los síntomas…., tras lo mismo se nos realizará una exploración física, en busca de signos identificables. Las pruebas complementarias se realizarán en último lugar a la hora de dar un diagnostico definitivo, ya que irán orientadas hacia una patología en concreto, ya que existe una gran variedad de ellas y de nada serviría realizarlas al azar.
Por eso hablamos de pruebas diagnosticas complementarias, puesto que son las que complementan el diagnostico médico, ayudan a identificarlo, pero por sí mismas no son válidas para hacer un diagnostico definitivo, podemos poner algunos ejemplos: El valor de azúcar en sangre en ayunas en un paciente sano será de entre 80 y 100 g/dl, pero si hacemos esa prueba al azar, puede que de un resultado de 160 g/dl porque el paciente no haya guardado el ayuno necesario, o porque esté en tratamiento con algún fármaco que lo provoque sin ser por ello un paciente diabético.
De la misma manera, puede ser que las pruebas diagnosticas complementarias resulten negativas y nuestro médico insista en su diagnostico, ya que como hemos hablado son sólo eso, pruebas complementarias, son simplemente una parte de los que necesita el médico para hacer su diagnostico, y si los signos y síntomas que se observan en el paciente son inequívocos, nuestro médico tendrá suficiente para hacer su diagnostico sin que las pruebas complementarias se lo hayan corroborado.
El hecho de que una prueba complementaria resulte negativa, no quiere decir que el paciente no tenga nada, ya que puede que sea un falso negativo, es decir, que el paciente esté enfermo pero la prueba ha resultado negativa.
En este caso nuestro médico podrá pedir una repetición de la prueba o solicitara hacer una más sensible. Un ejemplo que nos encontramos habitualmente sería el de las infecciones del tránsito urinario. Durante el examen médico habitual, el paciente cuenta escozor o quemazón durante la micción, dolor en la región infraumbilical y sensación continua de llenado vesical; ante éstos síntomas, el médico sospechara de una infección del tránsito urinario e indicará una tira de orina para confirmar el diagnostico, aunque ésta resulte negativa, podemos sospechar que sea porque el reactivo no esté en condiciones optimas, que haya habido una mala técnica de recolección de la orina…. por lo tanto, lo más seguro es que nos pida una analítica de orina realizada en laboratorio, esta prueba es más sensible por lo que nos sacará de dudas, pero no se solicita en un primer momento porque es más costosa y demora más tiempo. En este caso el resultado de la tira de orina ha sido un falso negativo, puesto que el paciente sí que tiene una enfermedad a pesar de que la prueba diagnóstica sea negativa.
Hay varias causas por las que una prueba puede resultar falsa negativa, como pueden ser la mala realización de la misma, el consumo de algunos medicamentos que enmascaren el resultado, la caducidad o fallo de alguno de sus componentes…
Por eso, son los conocimientos que posee nuestro médico los que hacen los diagnósticos y no las
pruebas complementarias.
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Artículo publicado en la Revista Ávila en Salud © Edita: Servicios de Atención Médica Integral XXI, SL (SAMI XXI). Director: Dr. Omar G. Guillermo H. / Depósito Legal: AV 130-2014 / ISSN 2386-8813 / copyright. www.RevistaAvilaenSalud.com / www.revista-avila-en-salud.blogspot.com.es/
Este artículo fue escrito por Mercedes S. Peralta gámez, quien es enfermera y se desempeña en el área de urgecias y UCI , en Ávila, Castilla y León.
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